Anenecuilco con encanto

Anenecuilco de los Zapata está ubicado en el Hermoso Estado de Morelos, a 4 km al sur del centro de la Ciudad de Cuautla, sobre la carretera Cuautla-Jojutla. La principal vía de acceso es a través del Boulevard Emiliano Zapata. Conocido internacionalmente por un pasado histórico, cuyos orígenes se remontan al periodo prehispánico. La construcción de la sociedad en la comunidad de Anenecuilco muestra una identidad local derivada del protagonismo de hombres y mujeres que conscientes de su situación de identidad y valores locales conformaron un proceso histórico propio, fundamentado en torno a la defensa de sus recursos naturales específicamente su derecho a las tierras y aguas, esta trayectoria de participación social y de conciencia comunitaria tuvo como resultado la capacidad de originar el movimiento armado y de transformación social más importante del siglo XX en México, denominado como “La Revolución del Sur”.

viernes, 4 de diciembre de 2015

¿Quién fue Emiliano Zapata y porque inició una revolución?

Cuentan nuestros abuelos, que cuando Miliano era un niño de tan solo 9 años, vio despojar las huertas y las casas del pueblito Anenecuilco, por órdenes del hacendado Manuel Mendoza Cortina, que hacía crecer los campos de Cuahuixtla sobre los predios de Anenecuilco. 
“Cuando el niño vio llorar a su padre frente a la enorme injusticia.
—Padre, ¿por qué llora? —preguntó.
—Porque nos quitan las tierras.
     ¿Quiénes? —Los amos.
—¿Y por qué no pelean contra ellos? —Porque son poderosos.
—Pues cuando yo sea grande haré que las devuelvan”

Es así como un niño va creciendo con la injusticia y sufrimiento de su pueblo. Así el inicio de la revolución del sur  fue el día 11 de marzo de 1911, cuando Emiliano se levantó en armas, junto con su pueblo, dispuestos a dar su vida para defender sus tierras y la libertad; nombrado Calpulelque por el consejo de ancianos el día 12 de septiembre de 1909.
Emiliano Zapata ha sido uno de los más grandes héroes de la Revolución Mexicana, influyendo a todo el País como a toda América Latina; siendo su principal objetivo devolver las tierras a los campesinos, tierras que fueron despojadas en el transcurso de los años, por el crecimiento descontrolado de las haciendas, que se basaron en un sistema de explotación agrícola y ganadera.
Durante la conquista española, con el fin de estimular la ocupación de los territorios, se otorgó cedulas virreinales a los españoles y a los naturales.
Fueron estos mismos títulos de propiedad con los que los campesinos de Anenecuilco, mantuvieron una lucha legal durante casi 300 años contra las autoridades, autoridades que permitieron el despojo de las tierras por parte de las haciendas, y su lucha jamás rindió frutos porque nunca se les respeto la legalidad de dichos documentos, sumando la corrupción, abusos y esclavitud en la que vivían los campesinos. Dentro de las haciendas los campesinos o trabajadores agrícolas eran peones de tarea, algunos  vivían en la hacienda de por vida, junto con su familia; los salarios eran burlescos desde 15 a 31 centavos diarios, que los llevaban a vivir en precarias que imposibilitaban la supervivencia de  adquisiciones para su subsistencia. Así es como nace la famosa "tienda de raya", que era propiedad del amo (del hacendado), donde recibían crédito para poder comprar alimentos, vestido o calzado, así el monto de la deuda que cada día iba creciendo para el campesino, nunca era cubierto e imposible de pagar, obligándolos a servir a la hacienda por el resto de su vida.

La presión de las haciendas hacia las tierras de Anenecuilco se incrementó más para finales del siglo XIX, con la modernización y expansión de la vecina hacienda de Coahuixtla, la cual adquirió las tierras de la hacienda de Mapaztlan y modernizo su infraestructura industrial logrando una producción record azucarera. también, el éxito productivo de Coahuixtla implicó para los habitantes de Anenecuilco la pérdida de las tierras y huertas del barrio de Olaque, las cuales fueron adquiridas por la hacienda de Coahuixtla mediante el pago otorgado legalmente por la ley de colonización de 1886 sancionada por el presidente Porfirio Díaz.


Autores
Brianda Azaharel Sánchez Aragón
Dante Ehecatl Aguilar Domínguez
Movimiento Cultural Francisco Franco Salazar A.C.

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