Cuentan nuestros abuelos, que cuando Miliano era un
niño de tan solo 9 años, vio despojar las huertas y las casas del pueblito
Anenecuilco, por órdenes del hacendado Manuel Mendoza Cortina, que hacía crecer
los campos de Cuahuixtla sobre los predios de Anenecuilco.
“Cuando el niño vio llorar a su padre frente a la
enorme injusticia.
—Padre, ¿por qué llora? —preguntó.
—Porque nos quitan las tierras.
—
¿Quiénes?
—Los amos.
—¿Y por qué no pelean contra ellos? —Porque son
poderosos.
—Pues cuando yo sea grande haré que las devuelvan”
Es así como un niño va creciendo con la injusticia y
sufrimiento de su pueblo. Así el inicio de la revolución del sur fue el día 11 de marzo de 1911, cuando Emiliano
se levantó en armas, junto con su pueblo, dispuestos a dar su vida para
defender sus tierras y la libertad; nombrado Calpulelque por el consejo de
ancianos el día 12 de septiembre de 1909.
Emiliano Zapata ha sido uno de los más grandes héroes
de la Revolución Mexicana, influyendo a todo el País como a toda América
Latina; siendo su principal objetivo devolver las tierras a los campesinos,
tierras que fueron despojadas en el transcurso de los años, por el crecimiento
descontrolado de las haciendas, que se basaron en un sistema de explotación
agrícola y ganadera.
Durante la conquista española, con el fin de estimular
la ocupación de los territorios, se otorgó cedulas virreinales a los españoles
y a los naturales.
Fueron estos mismos títulos de propiedad con los que
los campesinos de Anenecuilco, mantuvieron una lucha legal durante casi 300
años contra las autoridades, autoridades que permitieron el despojo de las
tierras por parte de las haciendas, y su lucha jamás rindió frutos porque nunca
se les respeto la legalidad de dichos documentos, sumando la corrupción, abusos
y esclavitud en la que vivían los campesinos. Dentro de las haciendas los
campesinos o trabajadores agrícolas eran peones de tarea, algunos vivían en la hacienda de por vida, junto con
su familia; los salarios eran burlescos desde 15 a 31 centavos diarios, que los
llevaban a vivir en precarias que imposibilitaban la supervivencia de adquisiciones para su subsistencia. Así es
como nace la famosa "tienda de raya", que era propiedad del amo (del
hacendado), donde recibían crédito para poder comprar alimentos, vestido o
calzado, así el monto de la deuda que cada día iba creciendo para el campesino,
nunca era cubierto e imposible de pagar, obligándolos a servir a la hacienda
por el resto de su vida.
La presión de las haciendas hacia las tierras de
Anenecuilco se incrementó más para finales del siglo XIX, con la modernización
y expansión de la vecina hacienda de Coahuixtla, la cual adquirió las tierras
de la hacienda de Mapaztlan y modernizo su infraestructura industrial logrando
una producción record azucarera. también, el éxito productivo de Coahuixtla
implicó para los habitantes de Anenecuilco la pérdida de las tierras y huertas
del barrio de Olaque, las cuales fueron adquiridas por la hacienda de
Coahuixtla mediante el pago otorgado legalmente por la ley de colonización de
1886 sancionada por el presidente Porfirio Díaz.
Autores
Brianda Azaharel Sánchez
Aragón
Dante Ehecatl Aguilar
Domínguez
Movimiento Cultural Francisco
Franco Salazar A.C.
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