México es reconocido a nivel internacional no solo por su belleza natural y su riqueza histórica, sino también por la grandeza de sus tradiciones, razón por la que 22 de ellas han sido inscritas en la Lista del Patrimonio Mundial, por parte de la UNESCO; así de la misma manera, en el año 2003 la “Celebración del Día de Muertos en México” es una tradición proclamada como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Mientras en otras partes del mundo la muerte es un momento de inmensa tristeza, en México se recibe con alegría, ya que se espera con dicha y placer la visita de nuestros familiares en esta época, donde según cuentan los abuelos, nuestros muertos se sientan a comer los alimentos ofrendados, llevándose el aroma de éstos, mientras nosotros disfrutamos de su visita en casa, ofreciéndoles un gran festín, lleno de comida, con los guisados favoritos que tenían en vida, y al final de la celebración, los acompañamos al panteón para que regresen a su descanso eterno; el hecho de sentir la presencia de nuestros familiares muertos en casa, genera un ambiente festivo y de unidad en las familias.
Anenecuilco no se queda atrás, por lo que de la misma manera celebra a sus muertos, con dedicación, poniendo sus tradicionales ofrendas.
Extracto del cuento: La Ofrenda. Libro Río Sureño (este libro consta de 16 cuentos, leyendas y tradiciones de Anenecuilco y Ayala) autor Eulalio Aguilar
“El Día de Muertos los vendedores de flores se apuestan en lugares espaciosos, donde sus puestos puedan extenderse para mostrar todo el colorido de su mercancía, dentro del mercado no hay lugar para ellos, porque los ‘’pochtecatzin” venidos de todas partes venden desde pan hasta figuras de azúcar, en los alrededores están los puestos de flores y el conjunto revive por esos días el maravilloso Tianquiztli mesoamericano, en el que de compra y venta se hace con mucho dinamismo; la presencia de las flores le da un colorido brillante y el olor del copal flota sobre el ambiente, en los pueblos no hay mejor espectáculo que un mercado en Día de Muertos, parece que se vuelve a la época en que el motivo principal de vivir era el Cuica Peuhcayotl, Flor y Canto, Flor de la Danza, Canto de la Flor; parece que Xochipilli ha descendido a la tierra y se pasea por en medio del mercado. Por aquí hay cerros de flor de zempaxuchitl, por allá hay manojos de flor de terciopelo, más allá se vende la flor de nube, acá la digital blanca que lleva su nombre local, flores, flores por todas partes, diríase que los campos floridos han venido al mercado para traer su fruto primigenio, hermoso y brillante que cobra mayor belleza bajo el sol del otoño”.
Recopilación por Brianda Azaharel Sánchez Aragón
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